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jueves, 26 de junio de 2014

Edición 2014 - Bendita tormenta, por Miguel Aguerrido.

Cuando llega la tormenta cunde el temor entre los vecinos del pueblo, se les ha inoculado la idea de la tormenta como algo negativo. Demasiado contraste con los tranquilos y previsibles días soleados. Estaban habituados ya a ese calor de todos los infiernos que había llegado poco a poco, día a día, casi sin que se percataran.

Los viejos del lugar dominan la sabiduría popular, saben que cuando el bochorno se hace insoportable se avecina tormenta, siempre es así. Al ver las nubes negras asomar por el horizonte, los viejos se alegran, ya han vivido unas cuantas tormentas y saben de sus beneficios.

No parece gran cosa cuando empiezan a caer las primeras cuatro gotas que ni siquiera mojan, pero rápidamente se multiplican y casi sin darse uno cuenta la lluvia se ha vuelto torrencial. El agua que cae fresca y limpia del cielo se anuncia a sí misma con un trueno unánime. El calor bochornoso se torna frescor con un agradable olor a tierra mojada. El aire viciado se limpia y se vuelve puro. Los campos se riegan para pronto reverdecer, llenándose primero de flores y luego de cantidad de deliciosa fruta que dobla las ramas con su peso.

La lluvia hace desaparecer la capa acumulada de polvo que cubre todo y que no deja ver los colores. Las miles de gotas se reúnen para formar un gran torrente que recorre las calles con alegría, rebosando todos los charcos, desbordando todas las barreras. Avanza arrastrando la apatía, arranca del suelo la tristeza, ahoga el pesimismo, apaga la sed. La codicia, las mentiras, el miedo y la corrupción se mezclan en un fango gris que desaparece en remolino por las alcantarillas. El viento que acompaña la lluvia barre con todo lo viejo y deja sólo lo nuevo, bien aferrado a sus jóvenes raíces.

Los vecinos oyen como la tempestad cesa paulatinamente y ven el sol salir tímidamente entre las nubes. Salen a la calle y contemplan todo aún mojado, limpio, lleno de vida.

Hacía falta que lloviera.

Miguel Garrido Arjona (Círculo Carabanchel - Latina, Madrid)

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