Es hora de que lo rígido se agriete,
que se fundan los pilares de hierro y muerte
que hacen que nuestra vida se convierta en un reto, en un peligro oscuro.
Cada día más hambre y desesperanza, cielos negro encapotando tristeza,
platos vacíos, horas que pasan buscando una solución
que transmute esta realidad cruel contra el débil,
adecuada a los que apuestan por nuestra esclavitud.
Paseas por la calle con la mirada perdida;
familias desechas, viviendas destrozadas por el vacío,
suicidios provocados por un Estado que aupa al ladrón
y que destruye al ciudadano que intenta vivir suspiros.
Paseas por las calles con la esperanza de un cambio,
posibilidad de que se callen las botas mordaza,
las leyes que multan a los sueños,
que construyen para que el edificio del poder
esté cada día más alejado de la voluntad del pueblo.
El pueblo que cansado y enfadado dice basta,
hasta aquí hemos llegado, ahora hablarán nuestras manos,
nuestros pensamientos que crujen necesidad de cambio.
El futuro debe de ser distinto, el presente desmaquillarlo,
bloquear el acceso a nuestras vidas a los depredadores,
a los que anegan la esperanza y cordura.
Cambios, vendrán por el horizonte desde la pesadilla,
abanicando las nubes, tributando lluvia que traerá regeneración.
cambios queroseno contra la desgracia de un poder destructor
capaz de hacer de la humillación una bandera,
de imponer una dictadura contra los aires nuevos.
Cambios, los intuyo, los siento, noto su brisa,
la humedad de lo nuevo que acabará con todo lo viejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario