- Buenos días, doctor.-
- Siéntese.-
- Gracias. Verá usted, el caso es que...-
- No se moleste. No es necesario.-
-¿Cómo dice? -
- Que no es necesario. Cada semana paso consulta a cientos de personas con el mismo anhelo: El de llevar una vida normal. Quizás sufran distintas patologías, pero siempre, siempre, es el mismo anhelo. Así que hágase el favor, y con esto le estoy dando la primera y primordial pauta, de no ofrecer resistencia.-
Asintió con un gesto que el médico interpretó como un compromiso y una señal para continuar al mismo tiempo.
- No piense usted que es complicado, cambiando unos pocos hábitos y con una dieta baja en autoestima, llegará usted a ser una persona perfectamente normal en pocos meses.-
Antes de continuar su alegato, bebió un trago corto de su botellín de agua y tomó aire un par de veces, exhalando una mezcla entre autocomplacencia y alivio por el silencio de ella.
- Bien, tiene usted treinta y pico años...-
- Treinta y cuatro.-
- Treinta y algo.- Dijo el endocrino de forma categórica, como desestimando por irrelevante la aclaración de ella.
- La base de su alimentación será el arroz que está ya a punto de pasarsele, sus carnes colgando y los pelos caídos de su marido.-
- No tengo marido.-
- Tanto mejor. Más diurético.-
- Debe tener en cuenta que el éxito es una cuestión de actitud. Abandone todo hábito que pueda desviarla de su objetivo. Es importante que no acepte cumplidos por mucho que le ofrezcan "sólo uno". No caiga en el error de pensar que por alguno que otro de vez en cuando no pasa nada. Engordan. Siempre. Aunque solo sea uno. Cuando sienta tentaciones, mírese al espejo y recuerde por qué vino usted hoy aquí. Si sigue usted mis recomendaciones, saldrá de aquí con una imagen de sí misma deliciosamente raquítica, es cuestión de ajustar el autoconcepto a niveles más bajos. Quiero verla dentro de quince días, valoraremos la conveniencia de usar una faja de compresión emocional como complemento a su dieta baja en autoestima. Va a volverse usted tan liviana que va a sentirse casi invisible para el mundo. Que tenga usted un día sin sobresaltos, cierre la puerta con cuidado y concierte usted misma la cita con la enfermera. -
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