Corazón de poeta, silencio desgarrador de versos clandestinos
Escribe sobre tu historia, se dijo a sí mismo
Acogedora ilusión, lejana y desconocida
le arropaba mientras buscaba una perfecta rima.
Una indignada inspiración le despertó las primeras líneas:
Su historia, como la de tantos, había saboreado la razón del caos,
el sentido de la existencia arropado y, más tarde, solitario,
la esperanza de libertad acuchillada sin oportunidad.
Sin conocer el fin, sin saber cómo empezar, despertó sin más
Ya no había un futuro en mente que construir, un plan idealizado,
una certeza de suerte especial, un yo frente a todos.
Su película sin protagonista, abría un final a la incertidumbre.
Como lluvia sobre un río, las palabras comenzaron a perderse.
Sin orden, sin rima, sin deseo de poeta.
Su historia conocía un pasado de creencias fuertes
Aferrado, pero sin fe. En un presente desconocido.
Un futuro prometido, de entre gritos de libertades,
que solo cantaban unos y creían todos,
que gritaban sin reparo al éxito colectivo,
mientras, entre sonrisas, ataban cadenas al presente posible.
Quería ordenar sus ideas, delimitar bien los versos
pero la falta de pensamiento le impidió expresar el sinsentido de la historia,
de su historia sin futuro,
del amor y el miedo a la vida.
Comenzó por la duda, cansado de esperar
en su realidad corrupta, la ilusión no permanecía
le habían prometido, desde lo más alto,
que el mérito era suyo, solo suyo.
Sin embargo, habían destrozado su escalera,
y, sin posibilidad de saltar tan alto, había dejado de gritar
El silencio y la resignación le amparaban entre promesas
descuidadas y adecuadas.
Enfrentado a realidades inevitables entre comillas,
descubrió que el mundo ya no era suyo.
Escribe sobre tu historia, se dijo a sí mismo
Y buscando su historia hizo el camino.
Fue su propia historia la que, desde fuera, descubrió la de otros.
Consolación colectiva, conciencia perdida
Miradas que se observaban, palabras gritadas en silencio
Ojos tristes bajo datos oficiales, éxitos de imperio nervioso.
Ocurrió sin más que, buscando en sí mismo, encontró a todos.
El silencio tapado, por unos y por otros, gritaba mucho más alto,
Mucho más fuerte, mucho más posible.
Destruidas todas las opciones individuales, surgió la de todos.
Escribid vuestra historia, se dijeron a ellos mismos.
Destruida la incertidumbre, solo faltaba el poema:
Palabras con fuerza
Versos con la justa rima,
con la justa armonía,
de quienes saben lo que hacen,
de quienes saben lo que buscan.
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